miércoles, 11 de julio de 2007

tarde agradable


Hoy me acompaña la biblioteca de la Universidad Arcis Cañete, pero todo me recuerda a Concepción... Una estufa a gas, un aroma a incienzo, un olor a pintura además porque Carlos está pintando, "Song for my Father" de Cristian Cuturrufo y "Extremoccidente" una revista semestral de comentarios y ensayos.


Desde ahí obtuve el siguiente escrito, a manera de recolección y recopilación (después me dará las gracias el autor por promocionarle su obra je)



CONCEPCIÓN REVISITED (Egor Mardones)

Tomen nota: nada se concibe en Concepción:
Sólo se vive de paso y de prisa hasta que de madrugada
Los primeros buses envueltos en la niebla mora del Bío-Bío
te arrastran fuera de cuadro con todo y huesos calados
a ninguna parte lejos de aquí
-congelada y sin glamour la imagen en las flamantes gafas oscuras-,
pero se vuelve a Ella como el asesino cabrón
al lugar del crimen y el sueño suda-
americano.

Es decir, a la maldita poesía de salón
A los bares periféricos inclementes y drogos
A los amores perros y pornográficos de la Sargento Pepper y su
Banda
De felatiadores solidarios a ritmo de estruendoso heavy metal
(hay unos labios furiosamente rojos susurrándote al oído:
“SÓLO SIGUE EL COMPÁS”
y a los fabulosos cuatro gatos amigos arañando de aquí a la
eternidad
la fresca memoria del olvido que sangra y sangra sin parar
igual que en algún imprescindible cuento de Edgar Allan Poe.

Como les venía diciendo hace algunas cervezas,
A Concepción siempre se va/nadie se queda
Ni nunca ni mañana ni pasado por la Diagonal Los Tres(...)

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